Cretas

Las cretas son barras de pigmento prensado sobre una base arcillosa de distintos colores (blanco, negro, sanguina o sepia) que se emplean en el dibujo al carbón sobre papeles de color. Se utiliza para dibujar o dar el toque final de un dibujo y realzar así el volumen de los objetos representados.

Las cretas también se conocen como carrés o barras conté, debido a la marca de cretas Conté a París, cuyo nombre se ha popularizado y se utiliza para denominar a este producto.

Según la composición, las barras adquieren diferentes tonalidades que las distingue unas de otras. Todas ellas se fabrican a partir de pigmentos aglutinados con pequeñas cantidades de arcilla.

Las sanguinas están compuestas por pigmentos de óxido de hierro. Dependiendo de la cantidad de este pigmento, la tonalidad de la barra conté varía desde un rojo anaranjado a un rojo violáceo. A su vez, las sepias se componen de un pigmento térreo a base de óxido de hierro, cuyo matiz es un marrón más bien verdoso. A este tipo de creta se le denomina “sepia” debido a su parecido cromático con la tinta sepia.

Las cretas blancas como tal, son barritas, lápices o minas compuestas por carbonato cálcico como pigmento principal. En cambio, la creta negra, se forman a partir de negro humo, que le otorga al dibujo una tonalidad intensa y cálida. 

Las cretas se utilizan para dibujar, para obtener bocetos y estudios del natural en los que se hace una valoración enriquecida del claroscuro y del volumen. Gracias a la gran variedad de tonalidades que se pueden conseguir con cada carré, se pueden definir tanto luces, sombras y medias sombras de forma sobrada. La presión que se ejerce sobre el soporte, así como la posición de la barra y las características del propio soporte, definirá el grado tonal de la zona.

El papel sobre el que se elabora el dibujo con esta técnica puede ser tanto papel blanco como papel de color. El tono del color, o incluso la textura del papel, puede entrar en juego a la hora de crear los volúmenes y el claroscuro, que se combinará con el color de las cretas que se empleen en él.

Generalmente, en un dibujo “a tres couleurs“, o “a tres lápices”, la sanguina se utiliza como tono medio, haciendo uso de todas sus posibilidades tonales; la creta negra o la sepia se aplica en las sombras y medias sombras, mientras que las luces quedan resaltadas gracias a la creta blanca. A partir de esta técnica, el dibujo de sanguina, que le otorga su calidez característica, gana expresividad y dramatismo.

Los trazos realizados con cretas son mucho más difíciles de borrar que el carboncillo o el pastel, debido a su aglutinante. Por eso, es recomendable bocetar y encajar el dibujo suavemente antes de ejercer presión para definir.

Además de líneas, se puede tomar la barra de conté de forma paralela al papel, aprovechando su longitud para rellenar amplias zonas o generar sombras y trazos menos definidos. Al igual que en el caso de las líneas, dependiendo de la presión que ejerzamos sobre el papel, estos trazos pueden crear diferentes grados tonales, incluso degradados.